Remehibe

lunes, 7 de abril de 2008

Pancho Barrios

Al Bat
Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

(Primera de dos partes)

El viernes 9 de abril de la Semana Mayor de 1982 nos sorprendió con una inesperada, triste y lamentable noticia: el deceso de Francisco “Pancho” Barrios.

Fue algo que nos dejó perplejos; sumidos en tristeza e incluso la incredulidad. Sus amigos, no lo queríamos aceptar.

Y ahí estuvimos con él acompañándole en la funeraria al lado de su familia, hermanos, con poca gente ya que gran parte de la población hermosillense andaba vacacionando en las playas o algún oro lugar recreativo o lejana ciudad.

Pancho Barrios, a quienes sus más cercanos amigos le llamábamos “Lacandón”, apodo que recibió por físico delgado y alto, con su cabello lacio y negro casi cayéndole sobre sus espaldas.

Nunca olvido cuando a fines de los 60`s viajamos con la selección juvenil de Hermosillo a una serie contra el equipo de Norwalk, California, donde vimos a un Pancho Barrios distinto en la loma, mostrando un nuevo estilo y temple.

Ese potencial, estilo y personalidad, más tarde le iba a llevar al mejor béisbol del mundo, con los Medias Blancas de Chicago.

Mañana miércoles, debemos recordarlo, con aprecio, cariño y respeto en el tiempo.

Pancho fue el primer lanzador hermosillense en establecerse en Ligas Mayores y sigue conceptuado como uno de los más grandes pítchers en la historia del béisbol mexicano.

Gran orgullo del béisbol; tuvo un gran velocidad en su brazo; derecho de gran estatura (1.95) y 90 kilogramos de peso, a quien incluso siempre le gustaba muy a su estilo correr por los jardines como un verdadero “caballo”, dejando flotar su larga melena sobre sus hombros.

“El Lacandón”, imposible olvidarlo. Fue algo por demás especial por su carácter, personalidad, estilo, alegre y bromista dentro y fuera del béisbol.

Y, claro, todo un “caballo” del pitcheo.

Partió al viaje eterno a causa de un infarto en su hogar ubicado por la calle Reforma, casi enfrente del tradicional estadio “de la Reforma” llamado ahora “Víctor Sáiz” dentro de lo que es la Unidad Deportiva “Rafael Campoy”.

Cutberto González “lo descubrió”

Fue Cutberto González, entonces scout de los Charros de Jalisco, quien vio en Pancho Barrios el potencial necesario para convertirse en un pitcher ganador en la pelota profesional.

Su gran debut profesional fue a los 17-18 años, en 1971, con los Tuneros de San Luis, sucursal de los Charros en la Liga Central.

En esa primera oportunidad registró 6-4 y 3.20 de efectividad. Luego 7-4 con Mexicali en la Norte de Sonora.

Y venía lo mejor:

Cuando supimos que estaba ya enfundado en la franela de los Naranjeros, todos sus amigos y compañeros de la Juvenil de la Liga San Benito “nos frotábamos las manos” y no fallábamos al “Fernando M. Ortiz” para esperar su primera salida.


Y llegó el día esperado: Yo estaba, recuerdo, en la grada de cemento por la tercera base y desde ahí, emocionado a más no poder, gocé debut del gran amigo:

Ocurrió en la temporada Invernal del 71-72 cuando debutó con un relevo… para empezar a escribir una nueva historia en el béisbol.

Bien recuerdo que esa noche quedamos admirados de verlo lanzar porque estábamos frente al nacimiento de una nueva estrella del pitcheo mexicano, producto y gran orgullo del béisbol local hermosillense.

Esa campaña tuvo dos apariciones, ganando uno en funciones de relevo donde lanzó dos innings, admitió un hit, una carrera limpia, dio dos bases, con tres abanicados y efectividad de 4.50.

Fue Novato del Año

En 1972 en la Central con los Tuzos de Zacatecas llevaba 5-9 y 5.57 cuando fue llamado por los Charros (1-1- y 4.70 en ocho apariciones)…

Al siguiente verano su marca fue de 10-12 con 2.36, abanicando a 158, la cuarta mejor cifra del circuito. A pesar de tener cifras negativas, fue nombrado “Novato del Año”.

Muy pronto los buscadores “le echaron el ojo” y en el invierno de aquel 1973 se lo llevaron como Agente Libre a Phoenix, sucursal de los Gigantes de San Francisco en la Liga de la Costa, Triple A, donde tuvo un registro de 2-1 y 4.50.

Al regresar a los Charros, junto con el relevista Manuel Lugo, en el 74 fue negociado a Chicago a cambio del empalmense Rodolfo “Rudy” Hernández, quien estuvo un rato con aquel equipo.

Pancho Barrios fue asignado a la Liga Southern, Doble A, con el Knoxville Sox (9-5 y 3-92), teniendo la oportunidad de ser subido a los White Sox donde lanzó en dos partidos admitiendo seis carreras en dos innings.

Su primera aparición/debut oficial, fue el 18 de agosto de ese 1974 contra los Yankees de Nueva York (en la octava con un hit, un ponche).

El 75 de nueva cuenta estaba con el Jalisco (10-12 y 2.70) y en el invierno 2-0 con los Osos de Denver de la Asociación Americana.

Cumple un sueño

En 1976 Pancho Barrios por fin alcanza un sueño: instalarse el Ligas Mayores apantallando con una velocidad superior a las 92 millas por hora.

Ese año tuvo 5-9 con tres salvamentos y 4.31. Abrió 14 partidos y de ellos seis fueron completos.

Sin embargo fue en 1977 cuando realmente vivió su mejor temporada con Medias Blancas al lograr 14-7, 4.13 y 119 ponches en 241 entradas.

Con esos 14 triunfos superaba los 12 (12-14) que Jesse Flores atesoraba desde 1943 con los Atléticos de Filadelfia como la marca para un pitcher mexicano.

Bob Lemon era su manager y que hablaba del sonorense en un momento emotivo luego de vencer a los Reales de KC 4-2 para llegar a diez triunfos al hilo y mantenerse firme en el primer lugar de su división.

Barrios había tirado su mejor juego de la temporada, para poner sus números en un excelente 9-3 con 6 hits y 10 ponches. Era su quinto juego completo de la temporada y su sexto triunfo en fila india.



Esa vez Lemon dijo: “Barrios tiene velocidad y efecto; su control ha mejorado en forma considerable. Su recta es un bombazo. Simplemente hay momentos en que el ojo más listo de la liga pierde la trayectoria del balazo. Y no es una bola que venga frente al bateador en línea recta. Viene como montada en una mariposa. Estoy feliz de tener a este sonorense a mi lado, de donde yo tengo grandes recuerdos”.

Lemon había jugado en la vieja Liga de la Costa del Pacífico.

(Continuará).

“Jack” (Soria), Kenny & Edgar

Al Bat
Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx


¡Que ya no se lesione!:

Ken Griffey Jr. Acorta la distancia en su camino a los 600 cuadrangulares: Este domingo llegó a 594, su No. 100 con los Rojos desde que llegó al equipo en el 2000 procedente de Seattle.

De esta centésima de jonrones, 62 han sido en el hermoso Great American Ball Park y los otros los dio en el Cinergy Field.

Para el “Junior”, las máximas cifras de obuses que ha logrado en su notable carrera iniciada el 89 con su primer equipo, los Marineros de Seattle, fueron el 97 y 98 cuando conectó 56 en ambas campañas.

De no haber sido afectado por múltiples lesiones físicas en su trayectoria, el nativo y orgullo de Donora, PA, ¡cuántos cuadrangulares ya llevara!

Muy bien, Edgar

Edgar González inició bien este 2008 con D´Backs.

Abrió en Denver ante los Rockies y en su trabajo de cinco episodios admitió una carrera, seis hits y abanicó a cuatro, viéndose muy bien y asegurando así su siguiente salida.

Su labor ayudó sobremanera a que Arizona con u cuadrangular en la décima de Sthepen Drew venciera 5-2 a los campeones (van 1-5) de la Nacional 2007 ¡…que llevan 5 derrotas al hilo!

Bueno, se entiende que los D`Backs los barrieron en la serie, qué vergüenza y ante su propia fanaticada.

“Jack” Soria

Y si de paisanos se trata, pues ahí está de nuevo en el escenario Joakim Soria apantallando con su tercer cierre del año con los KC en la victoria de 3-1 ante los Twins en su propio Metrodome… y ahora esperarán en casa a los Mulos del Bronx.

Joakim, salió vio y venció… y como Rosita Alvírez, nomás tres K les dio.

“Jack does what Jack does” expresó el manager Trey Hillman, refiriéndose a Soria y concluyó, “He made it look easy” .

Se ven como “gatitos”

Este béisbol:

Tigres (0-6) con todo y sus grandes contrataciones ¡no gana juegos!

Hoy, nomás un 13-2, que lo dice todo.

Los favoritazos “de miedo”, son el único equipo del Big Sow que todavía no logran un triunfo, ¡imagine cómo está Leyland, amigo!

Justin Verlander (0-2) cayó ayer con su segunda derrota, cuando se suponía que… Miguel Cabrera, el nuevo millonario venezolano, ¡batea .125! (un jonron ¡y una impulsada!) e Iván Rodríguez .083, quien necesita un hit para los 2,500.

Los otros de capa caída son: Gary Sheffield .143; Plácido Polanco, .071 y Jaque Jones, ceros bongoseros, lo mismo que Marcus Thames.

Mejor no le sigo ni le busco más a esta horrible mala racha de los Tigres de Detroit que, por supuesto, en esta segunda semana de hostilidades por iniciar, deben hacer desaparecer ¿no?

El béisbol da y quita, pero por favor, ¡no tanto!

Centellas de miedo

El reverso de la moneda (Verlander): Chien-Ming Wang (2-0), lanzó hoy juegazo ante los Rays (4 hits hasta la séptima), más cuadrangular decisivo de Hideki Matsui, las centellas de 99 millas por hora de Joba Chamberlain y el tercer salve de Marianito, pues qué le diré ¿he fans?

Beto y Espino



Al Bat
Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

Los estadios de béisbol de Veracruz y de Cancún, ya sabe usted, se llaman Beto Avila, honrando así su memoria y grandeza como pelotero.

La Liga Invernal Veracruzana también lleva su nombre, lo mismo que prestigiado circuito de béisbol infantil del hermoso puerto jarocho.

Qué honor, ¿no?

Y es que así como Espino, Fernando, Vinicio y Aurelio, por sólo citar a cuatro grandes, Beto dimensionó su figura en el béisbol más allá de lo normal.

Fue de esos peloteros que ¡hacían pisa y corre desde segunda base…! Lo hizo en México y en Ligas Mayores!

Y si de parques se trata, Héctor Espino no se queda atrás: los de Hermosillo y Chihuahua también llevan su nombre.

Qué decir de “Espinaca”:

Que a un pelotero se le reconozca por varios y notables apodos, no cualquiera: “El Niño”, “El Rebelde”, “El Superman”, “El Asesino”… de Chihuahua.

¿Algún otro apelativo, mi querido Windy?

Bien:

¿Qué otros peloteros en México tienen más de un estadio con su nombre?

Buena pregunta.

Curioso: ¿Por qué en EU ningún parque de béisbol profesional se llama Babe Ruth?

Máximos jonroneros

Se reporta Horacio Ibarra, historiador del Recinto Sagrado con sede en Monterrey y nos refresca la memoria:

Los máximos jonroneros de la pelota mexicana con más de 500: Héctor Espino, Nelson Barrera, Eduardo Jiménez, Alejandro Ortiz y Andrés Mora.

“Bateadores de grueso calibre que dejaron un historial incomparable en su paso por los dos circuitos beisboleros más importantes de la República. Los cuartos bats de sus respectivos equipos que causaron las delicias de los aficionados durante muchos años con sus batazos de vuelta entera”.

Así es, mi querido Horacio.

Y da las cifras:

Espino, 752 cañonazos con 453 en verano y 299 en invierno. Nelson, 586, con 455 en verano para el récord de todos los tiempos y en el invierno, 131.

Jiménez suma 550, único activo. 351 y 199.Ortiz conectó 535 y Mora 517.

Matías Carrillo es otro cañonero que podría agregarse a la lista, siempre y cuando le aguante el gas para conectar los 16 que le faltan hasta el momento.

Ronnie Camacho, otro de los notables sluggers, se quedó con 457.

Un equipo llamado…

Bueno, al fin, sabadito lindo, bonito y pues no todo debe ser seriedad en este mundo, mire usted:

Unos chamacos hermosillenses de los años 60`s tenían tanta admiración por Jorge Fitch que a su equipo de béisbol ¡le pusieron su nombre!

Cuando en 1963 Ronnie Camacho estableció en la Mexicana su récord de cuadrangulares con 39, al regresar a Empalme le organizaron inolvidable celebración que ¡incluyó la misma cifra de de barriles de cerveza!

Caray, qué fiesta.

Y pensar que me la perdí por haber tomado en esos días el tren a Peñasco y luego a la estación Coahuila, también llamado Km 57 y Luis B. Sánchez, ¡comisarías de BC y Sonora divididas por la vía del ferrocarril!

Se reporta “Mi Sangre”, el doctor Vicente Arturo Carranza Fernández y me dice que los Tigres de Cancún “utilizaron ¡cuántos años!” entre Matías Carrillo y Julio Franco, para anotar una carrera.

Y concluye: “Qué hermosura de profesionales del beisbol...... con esa condición, esos años y por supuesto esas facultades.......es digno de admirarse.....”.

Y dice bien.

Otra: Creo que fue en Baltimore donde al develarse una estatua del Babe, ¡aparecía bateando de derecho!

Obvio, la volvieron a cubrir y la pidieron a la escultora que por favor, ¡hiciera bien el trabajo!

Ah: cuando a Pepe Canseco le pegó la pelota en su cabeza y ésta voló tras la barda, Mmmmm, ¿cómo andaría el ahora acusador?

Johnny Cueto

* A-Rod va por los 521 de Ted Williams y Willie McCovey

* béisbol: un arte, una ciencia y un apostolado: Dante Torres

* Imagen: Pequeño Gigante: Dante Torres Jr., de la Liga Maya del Distrito Federal.


Al Bat
Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

De pronto Johnny Cueto me recordó a Bob Gibson.

Algo de su estilo, caída, estampa y figura.

Pero, sobre todo, su impresionante velocidad.

Además, tiene otros dos arsenales: el slider y el cambio.

Claro, la comparación resulta de mucho peso en torno a la figura de aquel Gibson, héroe de los 60´s tanto en series mundiales como en temporadas con los Cardenales de San Luis.

Cueto, a sus 22 años, domina una recta que alcanza las 98 millas por hora.

Prospectazo de los Reds

En el 2007 fue el Mejor Pítcher de la organización de Rojos de Cincinnati.

Entre Sarasota (A/4-5)), Chattanooga (AA/6-3) y Louisville (AAA/2-1), finalizó sexto con 170 K y sólo 34 BB. Con Sarasota fue el líder de ponches con 72.

Esta trayectoria, le llevó a ganarse un lugar en la rotación gracias a un gran actuación –dicen que deslumbrante– en los campos primaverales.

Cueto está en la organización de Cincinnati desde el 2005 con los Red de la Gulf Coast League. En su debut logró 2.2, con 5.02 y 38K.

El 2006 en Clase A con Dayton en la Midwest League, tuvo un notable año: 8-1 con 83 abanicados, su máxima cifra en las menores, con 2.57 de ERA.

Ese mismo año pasó a Sarasota (A+/Florida League State), logrando 7-2, 3.50 y 61K.

Impresionante debut

Ayer, estuvo perfecto los primeros cinco innings y abanicó a once de los primeros trece que enfrentó.

Ganó 3-2 a los D´Backs ¡lanzando juego de solo un hit en siete episodios; clase de debut del dominicano.

El único hit que recibió fue un cuadrangular de Justin Upton, en la sexta… y párele de contar.

Terminó con 10 abanicados, la máxima cifra de un abridor debutante de los Reds desde 1990, según Elias sports Bureau.

Mire lo que dijo su manager, el caballeroso Dusty Baker: “Los muchachos en la banca se decían que no habían visto algo así en mucho tiempo; supongo que fue porque algo que nunca habían visto, y todavía falta mucho por ver de este jovencito".

Baker también expresó “fue algo sensacional” y advirtió que que le recordó cómo Fernando Valenzuela causó sensación con los Dodgers en los 80´s: “Sale a lanzar sabiendo lo que quiere hacer; lanzo de manera soberbia”.

Mario Soto, en su tiempo un abridor de excelencia con los Rojos (entre 1977 y 1988 les dio 100 victorias), fue quien lo firmó, además de que es su actual traductor ya que el jovencito Johnny, nativo de San Pedro de Macorís, tenía que ser, “no parla” el inglés.

Ni porque se llama Johnny Brent.

A-Rod Va por los 521

En los próximos días Alex Rodríguez empatará la cifra de 521 jonrones que dejaron Ted Williams y Willie McCovey.

Le faltan dos.

Luego irá por los 534 de Jimmie Fox, los 548 de Mike Schmidt y los 563 de Reggie Jakcson.

Le separan de “Mr. Octubre “tan solo 44 jonrones, qué curioso, su inmortal número al igual que el de Hank Aaron.

De mantenerse saludable, la prospectiva es de que A-Rod sea el próximo Rey del Jonrón, mucho más allá de los 762 de Barry Bonds.

Respaldo a la REMEHIBE


Estimado Jesús, soy un admirador del beisbol, sólo que las tareas académicas no me han dejado tiempo suficiente (todavía), para dedicarme a una de mis grandes ilusiones, construida en mis metas u objetivos hace ya varias decadas: "el beisbol".



Le envío este correo como una muestra de respeto y admiración hacía el trabajo que usted realiza. Asimismo, para proponerle el inicio de algo a lo que podría llamarse "mensajería cibernética", pero que dejando a un lado la falsa retórica tecnológica, preferiría denominar "intercambio epistolar".



A raíz de que mi hijo de nueve años practica el beisbol en la Liga Maya de la ciudad de México (yo lo hice hace muchos años en el terreno llanero), desde hace algunos meses, le he estado dando vueltas a varias ideas que quisiera asentar en proyectos viables.

En ese sentido, dadas las actuales condiciones de acceso a la información, inicie por buscar en internet, los organismos que, de alguna manera, tienen relación con el beisbol en nuestro país. Con enorme alegría descubrí el día de hoy, noticias a cerca de la REMEHIBE, lo cual generó en mi una gran esperanza, en medio de los nubarrones que obscurecen, en estos días, a nuestra maravillosa sociedad.



Soy un convencido de que el beisbol es un arte, una ciencia y un apostolado, que hay que analizar, para poder entenderlo y explicarlo de manera correcta.



Pues bien estimado Jesús, le propongo iniciar, si usted tiene a bien, un dialogo por este medio, para que en su calidad de interlocutor y experto me pudiera dar su opinión al respecto de mis propuestas y, también me pudiera enviar mayor información sobre la Red, en la que me interesa participar sobremanera.



Posteriormente, me gustaría tener el honor de entrevistarme con usted, en caso de que las ideas, plasmadas en documentos, que le envíe posteriormente merezcan su atención.

Con el ánimo de mostrar la seriedad de este mensaje, le adjunto archivo con una breve semblanza curricular, en la cual vienen mis datos personales.

Reciba usted un fuerte abrazo.

Dante Torres.

Dante José Torres Ríos

Presidente de la Sociedad Mexicana de Educación Comparada http://colaboracion.uat.edu.mx/rectoria/subacademica/somec/default.aspx

(Afiliada al World Council of Comparative Education Societies) http://www.wcces.net/
Página Web Personal: http://mx.geocities.com/transformacion_de_la_educacion/

Parques de Béisbol: Añoranza y romance



* Rico legado de los Indios de Cleveland

Al Bat
Por Jesús Alberto Rubio
jarubio@guaymas.uson.mx

Cerremos este capítulo sobre algunos interesantes aspectos/pasajes del gran legado y rica historia de los Indios de Cleveland y los parques de béisbol a partir del siglo 19:

Vayamos al League Park de Cleveland que nació el 1 de mayo de 1891 y que de acuerdo a la época, fue construido a base de madera y más tarde en 1910 se convirtió en el cuarto estadio de acero y concreto en Grandes Ligas.

Persiste el recuerdo y añoranza de aquellos parques pioneros construidos en base a madera y que por lo común se incendiaban.

En 1894, cuatro de los 12 parques de la Liga Nacional –Boston Chicago, Filadelfia y Baltimore– cayeron bajo las llamas de fuego, lo que obligó a sus propietarios a reconstruirlos con acero y concreto, como sucedió ese año con el Philadelphia Baker Bowl, del magnate de los Filis, el cuáquero Al Reach.

Incluso, aún se recuerda aquel 1903 cuando doce fanáticos murieron y 232 resultaron heridos a causa de la caída de la caída del graderío izquierdo del Baker Bowl.

El Polo Grounds

De esa romántica época, surgió en Nueva York en 1880 el Polo Grounds, ubicado en el barrio de Manhattan al otro lado del Rio Harlem, con gradas de madera y que cuando se incendió al iniciarse la campaña de 1911.

También al estadio lo reconstruyeron de concreto para instalarse como uno de los más grandes parques de inicios del siglo 20.

El Shibe Park y el Forbes Field

El Polo Grounds no fue el único en su tipo.

En aquella misma época de principios del siglo también nacieron otras enormes estructuras de acero y concreto que quedaron envueltas en recuerdos, hechos memorables, tradición y leyenda, como los históricos Shibe Park de Filadelfia y el Forbes Field de Pittsburgh.

Por ejemplo los Atléticos de Filadelfia, jugando en el nuevo circuito de la Liga Americana inaugurada en 1901, contaron con el Shibe Park, su primer parque de concreto y acero el 12 de abril de 1909.

Ese año, el St. Louis Sportman´s Park, donde en 1938 apareció por vez primera una pizarra eléctrica, también fue renovado, admirándose hasta 1966 su estructura en base a acero y concreto.

Tres meses más tarde, en la Nacional, los Piratas de Pittsburgh también construyeron su Forbes Field.

En 1910 apareció el renovado League Park de Cleveland y el Comiskey Park de Chicago, (en honor a su propietario Charles Albert Comiskey), escenario que en su tiempo fue catalogado como el más fino y cómodo de todos, hasta su desaparición en 1990. Antes de recibir su nuevo nombre, la gente lo conocía como White Sox Stadium.

Fue en el Comiskey Park cuando en 1933 se escenificó el primer Juego de Estrellas de Grandes Ligas, con triunfo de 4-2 de la Americana y donde el inmenso Babe Ruth pegó cuadrangular, ya a sus 38 años de edad.

Otro momento memorable en la historia del beisbol de Ligas Mayores, ocurrió el 15 de abril de 1910, cuando William Howard Taft se convirtió en el primer presidente de EU que lanzó la primera bola en un juego inaugural en el Nacional Park de Washington que luego, sería conocido por el apellido del propietario del equipo, Griffith Stadium.

El Yankee Stadium

No puedo dejar a un lado al inmenso y notable estadio: el Yankee Stadium.

Fue el 6 de febrero de 1921, cuando el propietario de los Mulos, el coronel Jacob Ruppert, adquirió un terreno en el barrio del Bronx ubicado al otro lado del Río Harlem, frente al vetusto Polo Grounds y el 5 de mayo de 1922, colocó la primera piedra de lo que sería la nueva casa de los Yankees, en tanto jugaban su último año en la casa de los Gigantes de Nueva York.

Los Yankees jugaban en en Polo Grounds desde 1912 porque en ese año se incendió el parque de madera, el Hiltop Park, de tal manera que los Gigantes de Nueva York invitaron a los aún Montañeses a compartir aquel gran estadio.

El Yankee Stadium se iba a constituir en el primer escenario de beisbol con tres pisos y el de mayor capacidad, toda vez que el día de su inauguración, el 18 de Abril de 1923, asistieron 74 mil 217 aficionados, quienes gozaron la victoria de 4-1 de sus Mulos con pitcheo de Bob Shawkey y un cuadrangular de tres carreras de Ruth.

Aquel gran escenario de beisbol estaba a punto de ser el parque deportivo más famoso de Estados Unidos.

Era formidable su estructura de concreto y en mucho se adelantaba a su época y que incluso fue sede de las famosas Ligas Negras que en 1920 fundó Rube Foster.

El League Park

Volamos al League Park:

Ante una asistencia de 9,500 fanáticos, ahí lanzó y ganó 12-3 a los Rojos el inmenso Cy Young el primer juego en la historia del famoso parque que hasta 1900 fue parte de la Liga Nacional y luego renovado en 1910.

En esa década los actuales Indios que jugaban en la Liga Nacional, fueron conocidos como Spiders y más tarde Babes o Broncos.

En 1902 al llegar de mánager Napoleón Lajoie, fue cuando el equipo tomó el nombre de Naps, en su honor. Luego, en 1909 bajo la dirección de Jim McGuires, se llamaron Molly McGuires.

Louis Francis Sockalexis

Después se realizó un concurso a través de un periódico para encontrar el nombre apropiado del equipo, saliendo triunfante el de Indians.

Esto, porque quien lo propuso dijo que un pelotero de origen indio llamado Louis Francis Sockalexis había jugado con Cleveland en 1897 y en ese año había salvado a una niña de ser embestida por un vehículo de la época.

Fue Sockalexis el primer nativo de Norteamérica en jugar en Grandes Ligas y estuvo con Cleveland entre 1897 y 1899.

Por cierto, fue en el mismo League Park cuando en 1920, jugando bajo la nube del escándalo de los Medias Negras un año antes, los Indios ganaron el banderín Mundial en cinco de nueve juegos a los Dodgers.

Era el parque más económico de operar y por muchos años el de menor capacidad ya que sólo tenía espacio para 21, 414 aficionados, además de seguir siendo un parque de pelota para jugar sólo de día.

Aquel histórico parque tuvo vida activa hasta el 21 de septiembre de 1946 y luego fue demolido en el 51.

Cleveland Municipal Stadium

El siguiente parque de los Indios fue el Cleveland Municipal Stadium, inaugurado el 1 de Julio de 1932, conceptuado en esa década como el segundo más grande después del Yankee Stadium e incluso con mayor capacidad, pudiendo recibir hasta 78 mil aficionados.

Asemejaba un verdadero “Elefante Blanco” siendo conocido en esos días como el “Mistake on the Lake”.

Sobre este aspecto, de gran interés, el colega historiador Angel Torres, puntualiza:

Jesús: El Municipal Stadium fue un verdedero “Elefante Blanco”; eso quiere decir que fue un fracaso económico. Lo construyeron frente al lado sur del Lago Erie y por eso decían que había sido una macabra equivocación su construcción, al extremo que ya no estaban jugando allí en 1933-34 y lo dejaron después para jugar los domingos solamente porque cabían muchos fanáticos.

Comenzaron a jugar los juegos nocturnos en 1939 y el 27 de junio Bob Feller lanzó un juego sin hit contra los Tigres. El problema que en el otro estadio, el League Park, nunca instalaron luces.

Eso de “Mistake by the lake” quiere decir que el estadio era un “elefante blanco”, un fracaso artístico y económico. Imaginate, cuando el equipo no ganaba los fanáticos se sentían que estaban en otro planeta. Algo así como el Coliseo de Los Angeles, que ya ha sido abandonado por los Raiders y Rams y donde la NFL dice no quiere ni muertos colocar ahí una franquicia.

El Municipal de Cleveland fue feo, grande y poco hospitalario”.

¿Cómo la ve?

Dos estadios al mismo tiempo

Cuando se inauguró cerca del lago, Cleveland se ganó la distinción de ser el único equipo de la Gran Carpa en utilizar dos estadios al mismo tiempo: Seguían en el League Park, pero para los partidos nocturnos importantes y los domingos, utilizaban el Municipal, que tuvo alumbrado hasta el 27 de junio de 1939.

Ahí jugaron hasta el 24 de septiembre de 1933. En el 34, a causa de la famosa depresión económica de EU, volvieron a jugar al League Park.

Fue en el Cleveland Municipal Stadium donde Joe DiMaggio dio fin a su racha/récord de 56 juegos seguidos pegando de hit (17 de julio de 1941).

La Tribu también compartió en el Cleveland Municipal Stadium con los Cafés de Cleveland, de la NFL.

El Estadio de Cleveland fue pionero en el concepto de manejar publicidad financiada para los parques ubicados en el centro de las ciudades.

Fue aquella era en que los viejos parques como el Wrigley Field, el Crosley Field y el Yankee Stadium fueron edificados por sus dueños e inclusive a algunos les pusieron su nombre.

Este escenario durante muchos años fue considerado el de mayor capacidad en Grandes Ligas, pudiendo recibir a 74,483 mil aficionados.

Ahí se gozaron las Series Mundiales del 20, en que los Indios derrotaron a Brooklyn; la del 48 que también ganaron a Boston y la del 54 que en forma por demás sorpresiva perdieron ante los Gigantes de Nueva York ya que en campaña habían impuesto el récord de 111 triunfos en la Liga Americana.

Los Indios del 54

Aquellos Indios del 54 tenían un gran equipo con sus estrellas del pitcheo Bob Lemon, Earl Wynn y Mike García.

Además, tuvieron el bateo de Larry Doby y Beto Avila, quien se convirtió ese año en el primer pelotero mexicano y de habla hispana en conquistar el título de bateo en el nuevo circuito, con un promedio de .341, además de conectar 15 cuadrangulares y empujar 112 carreras.

El 13 de julio de 1963, Early Wynn venció a los White Sox para convertirse en el único lanzador con 300 victorias para Cleveland. Nueve años después ingresaría a Cooperstown.

Otro memorable instante ocurrió en abril de 1975 cuando Frank Robinson se convirtió con los Indios en el primer manager negro de Ligas Mayores.

La afición de Cleveland vio el último partido de su equipo el 3 de octubre del 93 y fue demolido en noviembre de 1996, dejando una rica y grata historia para la posteridad.

El Jacobs Field

En 1994 se inauguró el Jacobs Field con una victoria (4-3) en once episodios ante los Marineros de Seattle ante un foro de 41,459 fans.

Con una capacidad para de una capacidad de 43 mil aficionados que durante los últimos 14 años han vivido memorables momentos como las series mundiales de 1995 ante Atlanta y la de 1997 frente a los Marlins.

Y así sigue la historia, sólo que a partir de este año el hermoso Jacobs Field, se llama Progressive Field.

¿Bienvenido!